IDEAS QUE BULLEN

Nos ganan por goleada. La mujer está mejor dotada para la “vida moderna” que el varón. La fuerza (regalo de la naturaleza) y la agresividad (cuestión hormonal) son completamente innecesarias hoy en día salvo que pretendas abrir una lata de anchoas con un martillo.

Esa supremacía de la mujer se ve reforzada además por la cantidad de chistes y textos que circulan por wasap en donde la mujer aparece como más capaz e inteligente. Esa campaña, sutil e intensa, crea opinión y va cuajando como unas buenas alubias, con un caldo bien espeso. Dentro de esa campaña se incluyen ideas como el concepto del techo de cristal o la diferencia salarial entre hombres y mujeres.

Ganan las batallas paso a paso. Todo comenzó con el sufragio femenino. Solo a partir de la II Guerra Mundial el sufragio se hizo verdaderamente universal cuando países como Francia, Italia, Singapur, Venezuela, Malta, Japón, Argentina, México, Paraguay, Colombia o las campeonas Suiza en 1971 y Liechtenstein en 1984 lo incorporaron. Arabia Saudita o Kuwait lo hicieron en el siglo XXI: ”No Comment”.

La integración de la mujer en lugares anteriormente vedados como las fuerzas armadas o las sociedades gastronómicas de mi pueblo es un hecho. Sirva también como ejemplo la cantidad de primeras ministras y presidentes de gobierno que se han dado desde los años 80: Brasil (Rousseff), Argentina (Kirchner), Chile (Bachelet), Suiza (Leuthard y otras), Dinamarca (Thorning), el Reino Unido (Thatcher y ahora May), Alemania (Merkel), Malta (Barbara), Irlanda (Robinson), Australia (Gillard) o Islandia (imposible de escribir). Me dejo muchas. Antecedentes, muy poquitos: Isabel Martínez de Perón y Golda Meir (años 70) y en los años 60 Indira Gandhi o la que fue la primera ministra en toda la historia: Sirimavo Bandaranaike en Sri Lanka.

Son cinco las razones por las cuales en un futuro no muy lejano ellas dominarán el mundo. Aquí están:

Eficacia

Lo llevan todo adelante: casa, niños, abuelos, trabajo y encima son las reinas de la fiesta, siempre perfectas. Son inaccesibles al desaliento.

En caso de divorcio, ellas florecen de nuevo y parece que pierdan 20 años al cabo de unos meses; él se disfraza con camisa hawaiana y chanclas, creyendo que tiene 20 años.

No hay dolor

Tienes 38º de fiebre y estás tiritando, deliras, balbuceas el nombre de tu madre o de tu mujer y pides que llamen al cura para darte la extrema unción. Por supuesto, metido en cama. Mientras tanto, ella tiene un cólico nefrítico con piedras del tamaño de una pelota de golf y sigue preparando la cena y la ropa de los niños para el día siguiente.

Dicen que es cuestión fisiológica, que ellas sienten el dolor de otra manera. Es mi único consuelo.

Lo ven todo (y encuentran todo)

El hombre paleolítico para atinar a un venado con una lanza o una piedra contaba con la visión túnel. Gracias a ella enfocas el objetivo, mides mucho mejor las distancias y calculas mejor el movimiento relativo. Como hoy en día ya no cazamos solo sirve para buscar un asiento en las tiendas.

Esa es la misteriosa razón por la que somos incapaces de encontrar nada aunque esté delante de nuestras narices. Ellas, en cambio, disponen de visión periférica lo que les permite abarcar hasta casi 180º con su vista. ¿A que no lo sabíais?

Son libres y les gusta

La libertad es una faena. Te hace responsable de tus actos (y no actos) y de tus decisiones. Por eso el hombre reduce hasta la más mínima expresión sus opciones:

• A la hora de vestir: formal o informal (o sea, traje y corbata o camisa de cuadros – polo en verano- y náuticos). Ellas, bueno, las permutaciones de elementos de ropa, accesorios y calzado que se pueden dar en un armario normal de una mujer es infinito. El reto es descomunal si añadimos condicionantes como tipo de evento, quienes van, donde es, época del año, si es al mediodía o de noche, etc.

• Nada de decoración: flores, fotos, cuadros, cojines, lámparas, velas, cajas de colorines, etc. son absolutamente prescindibles. Nos encanta el estilo minimalista (o sea, poder dejar el libro o la tablet en la mesa sin tener que apartar cachivaches).

• A un hombre jamás se le ocurre mover los muebles del piso y reorganizarlo todo. Mientras sofá y tele estén bien alineados, el resto es irrelevante. La mujer siempre está pensando en ello.

• Cuando un varón va a comprar algo, sigue la línea más corta para evitar distracciones; este comportamiento está relacionado con la visión túnel. Ellas, ¡Ay, ellas!

Inteligencia emocional y empatía

De eso no tenemos. La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos. La empatía es la capacidad cognitiva de percibir (en un contexto común) lo que otro ser puede sentir.

Por ello las conversaciones entre hombres son limitadas, muy limitadas y cortas, muy cortas. Si son telefónicas duran 30 segundos. Dos mujeres pueden estar juntas en la calle dos horas sin parar de hablar. Al regresar cada una a su casa se llaman por teléfono y están otras dos horas hablando. Es incompresible.

La mujer está dotada de estas virtudes de forma natural (los ingleses dirían “naturally gifted”).

La consecuencia de ello es que el tipo de liderazgo de la mujer es mucho más eficaz que el del hombre para los tiempos modernos. La siguiente tabla es más que explicita:¿Qué tipo de liderazgo se está promoviendo hoy en día? El femenino.

Esta entrada nace a raíz de leer un antiguo pero muy interesante artículo en el diario británico The Guardian. El cableado neuronal del cerebro de una mujer es más complejo que el del hombre, con muchas más conexiones entre los hemisferios izquierdo y derecho. Son mejores porque su cerebro está mejor adaptado para la vida moderna.

Dedico esta entrada a las futuras generaciones de varones, sobre todo a los que me puedan leer, para que promuevan la investigación del trasplante cerebral.