IDEAS QUE BULLEN

De Serbia recuerdo pocas cosas, tres como mucho. Recuerdo que la OTAN la bombardeó durante 11 semanas hace 22 años a cuenta de Kosovo y que los serbios, mientras les bombardeaban, hacían barbacoas en las terrazas; el segundo recuerdo son los dirigentes y militares serbios juzgados por crímenes contra la humanidad (entre ellos Slobodan Milošević y Radovan Karadžić) por el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia, que enjuició a un total de 161 personas, entre ellos 94 serbios; y el ultimo recuerdo es el botellazo a Juanito tras magnífico gol de Ruben Cano con la tibia, allí en Belgrado hace más de 40 años. El video no tiene desperdicio y muestra cómo se jugaba al futbol entonces: patada y tentetieso.

El serbio más famoso desde hace 15 años le ha echado un pulso al gobierno australiano. Quería jugar el abierto de Australia sin estar vacunado, como se obliga al resto de los participantes. De hecho, Australia desde el inicio de la pandemia estableció unos protocolos muy estrictos para entrar al país y el torneo de tenis no supone una excepción. Las normas van cambiando, y es responsabilidad individual saber las reglas que se aplican en cada momento. En la edición del 2021 tuvieron una cuarentena de 14 días previa al torneo, pruebas COVID diarias, multas muy severas y deportación en caso de incumplir los protocolos, etc. Hoy que hay vacunas la decisión es que todos los que lleguen deben estar vacunados, sean turistas o tenistas de élite.

Djokovic dice que él es serbio y que no se vacuna. Esto está provocando un conflicto diplomático entre Australia y Serbia. Serbia era el segundo país europeo en febrero del 2021 que más vacunas había puesto después del Reino Unido, y hoy no llega al 50% de la población vacunada. ¿Qué ha pasado? Bla, bla, bla. Los mensajes de lo antivacunas han calado. De hecho, Serbia paga para que sus paisanos se vacunen.

Como todo en esta vida, incluso pagar a Hacienda, es una cuestión de libertad, bendita y maldita libertad. Para ello es necesario tomar lo que se viene a llamar una decisión informada sopesando las consecuencias de la decisión. Basta con contestar a estas 4 preguntas:

¿Es el COVID producto de una confabulación judeo-masónica? O lo que es lo mismo, ¿de americanos y empresas farmacéuticas? ¿De los chinos para hurtar el orden mundial?

¿Son los efectos secundarios de la vacuna tan peligrosos y evidentes como se dice? Por ejemplo, provocar el SIDA o que los vacunados son detectables por Bluetooth (sí, he visto los videos).

¿Ha conseguido la vacuna, si no evitar totalmente el contagio como se esperaba, disminuir de forma evidente los casos graves?

¿Es el COVID una enfermedad que sin saber muy bien por qué te puede mandar al hospital e incluso a la UCI? Según datos del Ministerio de Sanidad, un 10% de los enfermos COVID del 2020 en España acabaron en el hospital.

Si las respuestas son NO-NO-SI-SI pues entonces, VACUNATE, lerdo.

Si a pesar del NO-NO-SI-SI decides no vacunarte, entonces se aplica lo de la libertad y responsabilidad.

Versión breve, atente a las consecuencias, o las versiones más bonitas, de J. P. Sartre: “El hombre nace libre, responsable y sin excusas” o de G. Bernard Shaw “La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres le temen tanto.”

No tomo parte, pero los que no se quieren vacunar deben entender que sus actos – en libertad – tienen consecuencias, no solo para ellos, sino para los que les rodean y por tanto deben asumir la responsabilidad de dichas consecuencias.

No sé si Djokovic acabará jugando el torneo. Da igual; tengo la impresión de que ha querido ser más listo que los demás, ahora diciendo que pasó la COVID en diciembre. No es una víctima, ni mucho menos.

Dedicado a científicos, estadísticos, médicos, etc. que se han dejado las cejas en microscopios, cultivos y ordenadores tratando de encontrar respuestas.