La Navidad del antígeno

El año pasado la navidad y el fin de año fueron raros; nada de primos, hermanos, cuñados o amigos. Solo el “nosotros”, los convivientes habituales.

Este año, a pesar de las buenas intenciones de gobiernos y gobernados la hemos acabado liando justo cuando la covid-19 debía ser un mal recuerdo. Empezaron holandeses, austriacos y británicos con los casos disparatados, mientras los españoles sacábamos pecho porque teníamos una de las mayores tasas de vacunación ¡Pa ná! Unos fuegos fatuos producto del exceso de confianza y la vanidad (no confundir con los fuegos fatuos producto de la materia orgánica en descomposición). El día 28 de diciembre batimos la plusmarca nacional con casi 100.000 contagiados, toda una inocentada. Lo de esta sexta ola me hace pensar que no pensamos: tropezamos en la misma piedra, gobiernos y gobernados. Resulta que cuando hay menos casos es cuando hay que extremar las precauciones, no cuando el virus está desparramado. ¡Entonces ya es tarde! Esto va de certezas e incertidumbres. Muchas opiniones se convierten en verdades, porque suenan bien, y a ellas nos agarramos gobernantes y gobernados que solo reaccionamos tarde y mal.

Las pruebas de antígenos están de moda. Cada vez que se me acerca un palito de esos, con un poco de algodón en la punta, lo miro con pánico como el paisano de abajo. Véase el detalle de los orificios nasales distendidos.

Portada del disco In the Court of the Crimson King (KIng Crimson, 1969)

Todo ello para poder celebrar las fiestas en familia, y también para poder regresar a Portugal. Exigen una PCR o una prueba de antígenos en la frontera.

Lo de las pruebas de antígenos en España me tiene un poco decepcionado. Tanto hablar de la gente, de proteger la sanidad pública y repetir eso de que no quede nadie atrás, pero… las pruebas cuestan al menos tres veces más en Cádiz (acabo de preguntar en dos farmacias, 7 y 8 euros respectivamente) que en Portugal (unos 2€) y además te puedes hacer gratis una a la semana en autobuses o contenedores distribuidos en lugares estratégicos (por ejemplo, en Cais de Sodre). En el Reino Unido, tan tories ellos, te puedes llevar gratis 2 tests a la semana de la farmacia, aparte de los que hacen en colegios, centros de trabajo, etc.

La ciencia y los científicos también me han dejado un poco mosqueado. Si la solución es meter a todo el mundo en su casa, menuda ciencia. El pasaporte COVID lo podemos tirar a la basura porque ya no sirve: te contagias – y contagias-, aunque estés vacunado. Eso no nos lo dijo nadie. Por eso lo de las PCR o pruebas de antígenos hay que hacerlas día sí, día no.

Al principio había que lavar todo (superficies, botones, mesas) pero resulta que la principal vía de contagio y casi exclusiva son los aerosoles que salen de nuestras boquitas y narices que se traga el que viene por detrás. Si hay ventilación o aire acondicionado, por donde va el chorro de aire, por allí va el virus.

Las vacunas, bueno, menudo chasco. Primero nos dijeron que con el 70% vacunado ya está, inmunidad de grupo, pero no. Ni con el 90%. Además, las vacunas al cabo de unos meses no sirven, no protegen. O sea, vacuna semestral, por ahora.

¿Por qué unas personas acaban en la UCI y otras tan campantes? Otro misterio y mira que lo pregunto cada vez que veo a un médico. Y la última cuestión, todo esto, ¿Cómo empezó? ¿Lo sabe alguien?

Ahora dicen que con esta variante la pandemia llega a su fin, je, je, je, je. Lo de la bola de cristal ya no cuela.

Dedicado a los científicos. No quiero certezas, quiero la verdad: si no sabes, dilo. La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante” – Miguel de Unamuno.


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s