La educación en España: menos es más

La inversión por alumno en las escuelas y universidades públicas españolas es similar a los de los países en nuestro entorno (en torno a 6.700€ por año y alumno mientras que la media de la UE es de 6.800, fuente Ministerio de Educación).
Los resultados de los exámenes internacionales que miden el conocimiento y destreza de nuestros alumnos son peores de acuerdo con los estándares aceptados (ver informe PISA de la OCDE).
Conclusión: los estudiantes españoles son tontos o los profesores no saben enseñar; o ambas cosas a la vez. Eso es un sofisma – argumento falso con apariencia de verdad- porque en España estudiar es un milagro de confusión, incongruencias, libertad mal entendida, continuos cambios y desmotivación. ¿Qué hacemos mal?
Pues que nos complicamos la vida.
En primer lugar hemos de felicitar a nuestros gobernantes porque hemos sufrido un cambio legal cada 7,5 años. Desde 1970 hemos tenido las siguientes leyes educativas:
• Año 1970: Ley General de la Educación, la del BUP y el COU;
• Año 1985: Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación, donde se garantiza el derecho a la educación, obligatoria y gratuita, hasta los 14 años;
• Año 1990: Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España, la del “Progresa Adecuadamente” o “Precisa Mejorar”;
• Año 2002: Ley Orgánica de Calidad de la Educación, nunca aplicada;
• Año 2006: Ley Orgánica de Educación, la de la asignatura “Educación para la Ciudadanía”; y por último
• Año 2013, Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa o ley “Wert” cuya implantación está en proceso aunque su futuro es dudoso.
Eso sin contar que cada Comunidad Autónoma tiene su cuota de influencia, con innumerables Órdenes y Resoluciones. Como las leyes no se derogan totalmente, el carajal legal debe ser monumental (perdón por la aliteración).
En segundo lugar el bachillerato es un galimatías de asignaturas y contenidos. Ahora se divide en 3 modalidades: Artes, Ciencias y Humanidades y Ciencias Sociales dividiéndose esta última a su vez en dos itinerarios (Humanidades y CC. SS., como no podía ser menos). La combinación de asignaturas troncales generales, troncales de opción y específicas es tan compleja que me he perdido. Creo que un alumno puede llegar a estudiar hasta 15 asignaturas diferentes en sus dos años de bachillerato. Además las CC.AA. pueden complementar los contenidos de las asignaturas troncales y establecer los contenidos de los bloques de asignaturas específicas y de libre configuración autonómica. Como para ir trasladado de una comunidad a otra.

Por contraposición me gustaría describir el programa del Diploma de la Organización del Bachillerato Internacional (IBO por sus siglas en inglés). No voy a explicar la filosofía educativa del IBO porque las buenas intenciones sobre el bilingüismo, ética, conocimientos, responsabilidad, capacidad de comunicación, mutuo respeto o pensamiento crítico son comunes en la mayoría de los estamentos educativos y leyes. Lo difícil es llevarlo a la práctica.

En cualquier caso, este bachillerato –como todos- solo se aprueba con motivación, esfuerzo y la implicación de todas las partes (alumno, colegio y familia).

El programa del Diploma, más conocido como Bachillerato Internacional (BI), fue implementado por primera vez en 1968, en 1994 se desarrolló el programa de Secundaria y en 1997 el programa de Primaria. El BI se compone de dos cursos durante los cuales se estudian las asignaturas escogidas al acabar Secundaria. Los idiomas vehiculares pueden ser Inglés, Francés o Español.

El currículo está formado por una serie de materias comunes y seis áreas de conocimiento. Las materias comunes incluyen, entre otras actividades, una asignatura llamada Teoría del Saber, en el que los alumnos reflexionan sobre la naturaleza del conocimiento. También ha de redactarse un trabajo de investigación independiente bajo la supervisión de un profesor de hasta 4.000 palabras.

Las seis áreas de conocimiento son las abajo relacionadas. De cada área se debe elegir una sola asignatura. Del total de las seis asignaturas, tres serán de nivel superior (240 horas lectivas) y otras 3 de nivel medio (150 horas). Las asignaturas son:
1. Estudios de Lengua y Literatura, normalmente en la lengua en que el alumno es competente académicamente.
2. Adquisición de Lenguas, donde un segundo idioma es obligatorio, sea cual sea el nivel. Incluye Griego y Latín.
3. Individuos y Sociedades: área que incluye asignaturas como economía, gestión empresarial, geografía, historia, filosofía, psicología, religiones del mundo, etc.
4. Ciencias: biología, tecnologías de la información y comunicación, química, tecnología de diseño, física, medio ambiente y ciencias de la salud.
5. Matemáticas: asignatura única con 4 niveles.
6. Artes como danza, música, teatro, cine y artes visuales. Este grupo es opcional, se puede sustituir por una asignatura de las anteriores.

Los alumnos del BI son aceptados en todas las universidades del mundo sin necesidad de pruebas adicionales salvo casos excepcionales (Oxford, Cambridge, Harvard, etc.) en donde el proceso de selección incluye entrevistas y otros filtros además de notas estratosféricas.
En España no es tan fácil. Primero el título ha de ser acreditado por la UNED y además la nota obtenida solo llega al 10. Como es sabido, los bachilleres españoles pueden llegar al 14 sobre 10 si se presentan a la fase específica de la Selectividad. Esta fase es de gran importancia para incrementar la puntuación total, y se convierte en casi imprescindible para poder acceder a la mayoría de las enseñanzas universitarias oficiales de Grado con límite de plazas. Esto tiene relación directa con la nula capacidad de España para atraer estudiantes extranjeros, ni siquiera hispano hablantes. Sobre enseñar en inglés, me remito a mi anterior entrada (inglés y doblaje).
En el mundo hay 2.795 colegios con el BI implementado, en 143 países. En Mayo de 2014 un total 137.330 alumnos hicieron el único examen que se hace tras los dos años, con un 80% de aprobados. El examen es común y simultaneo en todos los países (con dos versiones por la diferencia horaria). Cada examen es corregido por dos profesores. Uno puede residir uno en Pernambuco y el otro en Helsinki. La nota se complementa con exámenes orales, tesinas, presentaciones en público, etc. Algunas de esas pruebas complementarias son enviadas a Ginebra, sede del IBO, para su evaluación y confirmación de la nota obtenida.

Más sencillo imposible. Dos años, seis asignaturas complementadas con otras tareas y un solo examen final que es evaluado externamente. Ya tenemos la referencia. Solo hay que copiar bien.

Dedicado a Miguel y Ana, por su éxito en el BI.


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