Durante una de mis superficiales ojeadas a la prensa leo: Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes. Solo puedo sonreír, pensar en mí mismo y preguntarme porqué llevo haciendo las mismas cosas tantos años, con ligeras variaciones, de unos 8 elementos tomados de 2 en 2 [o sea, V8,2 o 8!/(8-2)!].
Lo de tomar los elementos de 2 en 2 es para no sofocarme ni estresarme.
Hay que ver que certeras son las personas que saben pensar. Lo de arriba lo escribió Ortega y Gasset, que dio en la diana 59 años antes que Peter, el del Principio de Peter, y yo sin saberlo hasta hoy. Ese Peter (Lawrence J. Peter, catedrático de Ciencias de la Educación en los EE.UU.) se adueñó de la idea, le dio la vuelta a la frase y el plagio quedó así: In a hierarchy every employee tends to rise to his level of incompetence (en una jerarquía los empleados tienden a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia).
Como lo de Peter está en inglés nos parece mucho mejor que lo de nuestro paisano. Los españoles pensamos que es genial sin saber que mucho antes un madrileño ya se había dado cuenta del error sistemático a la hora de promocionar al personal. No porque una persona haga bien su trabajo actual será un buen supervisor, coordinador, responsable, etc. O sea, un jefecillo. Y de ahí a jefe, luego jefazo, etc. y al final es el que sale en la foto en los pasillos de la empresa – hoy en la página web-.
Mucho antes, en 1833, un periodista de nombre Mariano José de Larra se suicidó al poco de escribir aquello de Vuelva Usted mañana –puede que exagere un poco con la causa/efecto- pero es evidente que ya para entonces la administración española apuntaba maneras. Si alguno tiene curiosidad en leer el artículo de Larra, seguid este enlace. Nótese la ironía del nombre del personaje principal, Monsieur Sans-délais.
El libro “El principio de Peter” se mantuvo durante más de un año como el más vendido en los EE.UU. y se sigue reeditando con gran gozo de la editorial y supongo que de sus familiares.
Según Peter,
- La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente,
- toda empresa tiende a extinguirse cual dinosaurio, porque llegará un momento en que todos los puestos habrán sido ocupados por incompetentes, y
- el trabajo es llevado a cabo por el personal que no ha alcanzado su nivel de incompetencia, y solo gracias a ellos la empresa funciona.
Y según mi alter ego,
- Las empresas quiebran por decisiones de sus gestores; por tanto, Peter tiene algo de razón.
- En las empresas unos hacen, piensan y sugieren, otros deben escuchar, pensar y decidir. Es tarea de todos pensar.
- Un cargo recién nombrado, cualquiera, recibe sistemáticamente un crédito de autoridad entre sus subordinados (el aura de los jefes, el efecto Pigmalión). Este crédito es temporal y se puede dilapidar, mantener o desarrollar. La más mínima pifia suele ser devastadora. Pensad en los Jefes de Estado y destacadas personalidades (¿eso qué es?) viajando a Glasgow estos días en unos 400 aviones (aviones de estado, jets privados, etc.) para participar en la Conferencia sobre el cambio climático. Esos vuelos produjeron unas 13.000 toneladas de CO2 mientras que tú y yo, en España, producimos unas 4 toneladas al año cada uno de nosotros. Me encantan las incongruencias y la ironía.
Volvamos a los incompetentes. Es relativamente fácil encontrarlos. Los hay que presumen de tener la mesa limpia (sin papeles, “a paperless desk”), y el opuesto, aquellos que tienen documentos amontados en la mesa y mesas auxiliares, pilas de documentos. Los hay que se dedican a archivar papeles de forma obsesiva, sea en los directorios digitales o en clasificadores, y, los peores, aquellos que se vuelven locos por los procedimientos y los formularios: no seguir estrictamente un procedimiento o no rellenar bien un formulario es un sacrilegio. Empezad a buscarlos por ahí. También podéis seguir el siguiente ejercicio para detectar a algún incompetente. Solo tenéis que preguntaros lo siguiente: ¿es útil lo que hace esta persona para el trabajo/empresa?
- Si la respuesta es “SI”, entonces hay cancha para más incompetencia.
- Si la respuesta es “NO”, ha alcanzado su nivel de incompetencia.
- Si la respuesta es “NO SÉ”, entonces eres tú el que ha alcanzado el nivel de incompetencia.
Voy acabando ¿Y qué pasa con los muy competentes? Aquellos que tienen madera y merecen la promoción normalmente son mal vistos: son insubordinados, tienen ideas, ven oportunidades y quieren cambiar las cosas. Resultado: se largan al cabo del tiempo.
El Principio de Peter es de los años 60, y era aplicable a los trabajadores de entonces, mayormente varones. Del Principio de Paula, o porqué las mujeres trabajan por debajo de su nivel de competencia, hablaremos pronto (si me atrevo).