Menuda disyuntiva. Desde hace pocos días tenemos otra del mismo calibre: Fascismo o Democracia.
De tan obvias que son caemos como tontos, o tontas, claro. Se acabaron las películas como “El Bueno, el Feo y el Malo”. Ya todo es cosa de dos, binario. O conmigo o contra mí. Fascista o Comunista. Terrorista o Franquista. Machista o Feminazi.
No, no es Comunismo o Libertad. Ni Fascismo o Democracia. Sobre la democracia española ya escribí hace 3 años, y no puedo desdecirme ni un poquito. Es la Araña Negra.
¿Comunismo o Libertad? Esa dicotomía es una falacia, un engañabobos, una trampa. El comunismo ya sabemos de qué pie cojea y cuáles fueron los resultados de su aplicación en la URSS o China. Mi pregunta es: ¿De qué libertad hablan?
En primer lugar, hay que establecer el escenario. No creo que los que dicen eso piensen en Noruega u Holanda como ejemplo. Creo que apuntan a los EE.UU., el país paradigma de la libertad, el país que se designa a sí mismo como el defensor mundial de la libertad. Es ese al que quieren parecerse, ¿no? El país de las armas y las recurrentes matanzas por algún chalado en centros comerciales o colegios. Es el país en donde alguien como Trump puede llegar a ser presidente. Es el país que ahora acusa al resto de injerencias, pero que desde la II guerra mundial, país donde metía la nariz, lo destrozaba por una temporada. Es el país en donde lo primero que negocias o compruebas en tu trabajo es el seguro médico que te corresponde. Dicen que es el país de las oportunidades, del ascensor social, de la meritocracia. Os sugiero ver el documental de Netflix La trama Varsity Blues: Escándalo en la universidad de EE. UU y el documental SICKO sobre la sanidad en los EE.UU., este de Michael Moore (2007).
En resumen, un país que se cree sus propias mentiras. Y ahí vamos nosotros, que todo lo imitamos, sobre todo si viene del otro lado del Atlántico. La libertad es directamente proporcional a tu cuenta corriente. Y les parece bien.
Pues a estos que se les llena la boca con lo de “Libertad” deberían tomar como ejemplo España. Su referente, y así lo proclaman, es Amancio Ortega, el de Zara. Pues yo tomaría como ejemplo, por más reciente y plural, a Pablo Iglesias e Irene Montero.
Dos estudiantes de universidades públicas españolas que con muy poquitos haberes familiares han pasado en 20 años a ser vicepresidente de gobierno y ministra respectivamente. Toma ya, con un patrimonio según la prensa superior al millón de €.
Felicitaciones. El PP debería ponerles como ejemplo de meritocracia a la española. Que verdad es que el cainismo no les deja ver lo evidente. Además, si es ese el comunismo del que dicen defendernos, ¿De qué Comunismo amenazante hablan?
Se les llena la boca con la palabra meritocracia, pero a la mínima oportunidad la meritocracia es para los amigos. Ejemplo de ellos son los policías que espiaban a Bárcenas para sabotear las investigaciones sobre la corrupción en el PP, que para colmo no consiguieron. Los siete acabaron recibiendo medallas que suponían un aumento de sueldo vitalicio. Supongo que fueron concedidas por ser fieles cumplidores de la ley y obtener resultados extraordinarios (es ironía).
Comunismo o Libertad. Fascismo o Democracia. Esto es lo que hay, sin matices. Para ocuparse de lo que importa, que arree el de atrás.
Muy acertado amigo. Reflexiones que comparto totalmente
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