Los 4 jinetes del Apocalipsis

Mis queridos candidatos, diputados y senadores vuelven a las andadas. No se ponen de acuerdo para elegir presidente de gobierno, ni por tanto, gobierno que gobierne. La perdiz está totalmente grogui.

Sin darle ni media pensada se me ocurre que en el fondo es por nuestro ancestral cainismo*: si yo no puedo ser presidente del gobierno, tú tampoco. Ya lo dijo Julio Camba: «La envidia de los españoles no es aspirar al coche del otro, sino a que el otro se quede sin coche».

La sobreexposición de los cuatro candidatos en televisiones y radios, así como la de sus voceros y periodistas, me produce tal hastío que me voy a dar de baja. No sé de qué, pero tengo que descabalgarme de tanto blablablá.

De hecho, a estos cuatro señores me los imagino como cuatro jinetes, los cuatro jinetes del Apocalipsis.

El Apocalipsis, último libro del Nuevo Testamento, describe así a los jinetes:

La Muerte, sobre un caballo bayo,

El Hambre, montando un caballo negro,

La Guerra sobre uno rojo, y por último,

El caballo blanco, cuyo jinete aun hoy es un misterio y objeto de variadas interpretaciones. Para unos representa la esperanza, la conquista o victoria o incluso Cristo y para otros algo totalmente opuesto, el Anticristo… lo cual tiene sentido teniendo en cuenta a los otros tres (Muerte, Hambre y Guerra). Además me conviene.

Pues así los veo. Os dejo elegir el jinete que representan. Por cierto, desde hace poco hay un quinto elemento, pero ese ya viene con montura y si no recuerdo mal era un caballo castaño.

No tengo ninguna duda de que estos 4 personajes y sus acólitos (los 346 diputados restantes y los 266 senadores) buscan la excelencia en su trabajo, y uso la palabreja excelencia porque otra vez tenemos un término importado de los anglófonos que empezó a usarse allí a principios de los 80 y hoy es considerada una buzzword, o sea, una palabra de moda a evitar. Hay que hacer las cosas bien y a la primera: ¿Os suena?

Insisto, nuestros políticos buscan la excelencia en todo lo que hacen como el resto de los mortales debemos hacer en nuestros respectivos trabajos y empresas. Como nosotros, nuestros representantes se deben al cliente (o sea, a los españoles), buscan soluciones y son eficientes al hacerlo, son asertivos, transmiten confianza, muestran espíritu de equipo, tienen ilusión y nunca terminan de aprender, sea por necesidad o por iniciativa propia.

El Parlamento es, en el fondo y en la forma, una empresa, y así debería funcionar. Una empresa que contratamos a través de los votos, porque creemos que son los mejores.

A las empresas cuando no cumplen lo prometido -en este caso el contrato vinculante con la sociedad- se les rescinde el contrato, devuelven lo cobrado y en algunos casos deben pagar por daños y perjuicios. En este caso volver a votar nos cuesta unos 175 millones.

O sea, si al final no hay presidente ni gobierno:

  • Tienen que devolver lo cobrado desde que juraron el cargo – todos -,
  • No podrán tener la posibilidad de presentarse de nuevo al parlamento (por ineptos, resultaría totalmente incomprensible volver a contratarlos) y como es lógico,
  • Deben ser los propios partidos políticos los que corran con los gastos de la repetición de elecciones.

Con este escenario en el horizonte sospecho que la disciplina de voto dentro de cada partido saltaría por los aires. Es más, habría quien votase a todos los candidatos. Será por votar.

La realidad es tozuda y la disciplina de voto es marcial, castrense. La pregunta que me hago es:

¿Puede de verdad un profesional serio y con criterio político aceptar tal desaforada sumisión? Nos reímos de los británicos y de su Cámara de los Comunes, pero allí los miembros del Parlamento votan según su mejor parecer. Acordaros de las votaciones sobre el Brexit, algo caótico, pero inimaginable en España.

*Cainismo (RAE): Actitud de odio o fuerte animadversión contra allegados o afines. La palabra tiene su origen en Caín (el de la Biblia) y se aplica al comportamiento de las crías  –normalmente de aves rapaces – que matan o echan del nido a sus hermanos para conseguir más comida y atención de sus progenitores.


2 respuestas a “Los 4 jinetes del Apocalipsis

  1. Totalmente de acuerdo y lo que dices, o estos tipejos (todos) , son tratados como los currante mortales, cosa que no va s pasar, o nunca iremos a ninguna parte, y aún nos preguntamos porque hay quien se quiere ir

    Abrazo amigo
    Joan

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