Más vale tarde que nunca y ayer me lo leí. Me ha sorprendido su brevedad, tino, sencillez y lo antiguo que es. No hemos cambiado ni un ápice y llevamos repitiéndonos las mismas cosas casi tres milenios. Pero por mucho que las repitamos, no aprendemos.
El Eclesiastés es un libro del Antiguo Testamento, su autor es un misterio (la tradición dice que fue el Rey Salomón) y se estima que fue escrito hace unos 2.500 años o incluso más. También forma parte de los libros bíblicos hebreos. Consta de 12 Capítulos y un Epílogo.
Sugiero a todos los que me sufren que se lo lean. Sirvan como aperitivo los siguientes pasajes:
En el Capítulo 1:
Vanidad de vanidades, dice el predicador; vanidad de vanidades, ¡Todo es vanidad!
Esto último dio lugar al latinajo “Vanitas Vanitatum, omnia vanitas” que por cierto es el culpable de que me leyera el Eclesiastés.
En el Capítulo 3:
Porque los hombres y los animales
tienen toda la misma suerte:
como mueren unos, mueren también los otros.
Todos tienen el mismo aliento vital
y el hombre no es superior a las bestias,
porque todo es vanidad.
Todos van hacia el mismo lugar:
todo viene del polvo y todo retorna al polvo.
“Polvo eres y en polvo te convertirás”: creo que hubo plagio unos años después.
En el Capítulo 5:
No te apures a abrir la boca y que tu corazón no se apresure
a proferir una palabra delante de Dios.
Porque Dios está en el cielo, y tú, sobre la tierra:
sé parco en tus palabras,
ya que los sueños vienen de las muchas ocupaciones
y las palabras necias, de hablar demasiado.
“El hombre es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras”. Otro plagio, lo dicho.
En el capítulo 9:
Ve, entonces, come tu pan con alegría
y bebe tranquilamente tu vino,
porque a Dios ya le agradaron tus obras.
Que tu ropa sea siempre blanca
y nunca falte el perfume en tu cabeza.
Goza de la vida con la mujer que amas,
mientras dure esa vana existencia
que Dios te concede bajo el sol,
porque esa es tu parte en la vida
y en el esfuerzo que realizas bajo el sol.
Más plagios. Esto es lo que los romanos llamaron “CARPE DIEM” unos cuantos siglos después, muy de moda actualmente.
Hablando de actualidad, hay una palabra que se ha puesto muy de moda: “adanismo”, que según el DRAE es el Hábito de comenzar una actividad cualquiera como si nadie la hubiera ejercitado anteriormente. Ese “adanismo” lleva a cometer errores que ya cometieron otros e, inevitablemente, a creer como propios descubrimientos o ideas que tienen tres mil años. Reinventar la rueda, que se dice. El “adanismo” es propio de la ignorancia o de la juventud, tan atropellada ella. Si por cualquier causa aprenden que alguien ya lo dijo o hizo, directamente lo desprecian o ignoran, mucho narcisismo y vanidad.
También esta lectura me ha hecho pensar en la poca relevancia que se da al estudio de las Humanidades, y la tendencia existente a que quede relegada a algo anecdótico. Se pueden estudiar hasta cuatro idiomas en el bachillerato (español, lengua cooficial si existe, primera lengua extranjera y segunda lengua extranjera como opcional) pero no sé si lecturas como la del Eclesiastés son fomentadas (y comentadas) en las clases. No soy un experto en educación, pero este tipo de lecturas “educan” y evitarían algunas actitudes “adanistas”.
Para acabar, estos son los enlaces que, escogidos a vuela pluma, contienen el Eclesiastés. El mejor es el primero pues ofrece diversas versiones en distintos idiomas:
https://www.biblegateway.com/passage/?search=Eclesiast%C3%A9s+1&version=LBLA
http://www.iglesia.net/biblia/libros/eclesiastes.html
http://www.bibliaenlinea.org/eclesiastes
Dedicado al Rey Salomón por si lee este blog; lo cual alimentaría mi ego: Vanidad de vanidades, ¡todo es vanidad!