Putin es malo. Putin se dedica a encarcelar, asesinar y envenenar a sus enemigos. Putin lleva más de 20 años en el poder y eso es nefasto para cualquiera. Putin tiene pinta de ser un psicópata. Lo que están haciendo en Ucrania Putin y todos los que le apoyan es criminal.
Dicho esto, la propaganda occidental con motivo de la invasión de Ucrania funciona a las mil maravillas: Zelenski 10 – Putin 0. Gana por goleada. Nos han pintado a Vladimir Putin como al Saturno de Goya, devorando a su propio hijo, o sea, Ucrania.
Cuando me machacan tanto, por todas partes, con el mismo soniquete, me saltan las alarmas. Tanta propaganda queda un tanto coja. Nadie explica por qué los rusos les tienen tantas ganas a los ucranianos ¿Qué les habrán hecho?
Empecemos por decir que Nikita Kruschev (hoy Jrushchov) en febrero de 1954 regaló la península de Crimea a Ucrania para conmemorar el 300 aniversario de la adhesión de Ucrania a Rusia (cosa de los tártaros que se querían defender de los polacos). Putin invadió Crimea en 2014, ya sé que lo que se da no se quita, pero allí está la base naval rusa de Sebastopol. Y la mayoría de sus habitantes son rusos. Por idioma y origen.
Se ha de tomar nota que Kruschev y Breznev (hoy Brézhnev), presidentes de la URSS entre 1953 y 1982, nacieron en la zona de la Ucrania actual. O sea, que la URSS fue dirigida por ucranianos durante una buena temporada, casi 30 años.
No estoy siguiendo un orden lógico. Empecemos por el principio. La Rusia de los zares era enorme.Como curiosidad, el puerto de Odesa, del cual tanto se habla hoy y es pieza clave en la economía de la región, fue levantado por la Zarina Catalina II la Grande allá por el año 1794.
Los bolcheviques destronan a la familia Románov en 1917, los zares de Rusia. Ya sabéis, la Revolución Rusa y el asesinato algo truculento del Zar Nicolás II, su mujer y sus 5 hijos al año siguiente. Entre los asesinados estaba su hija Anastasia, sobre la cual se creó una fake new (entonces bulo o leyenda) sobre su posible supervivencia y posterior fuga. Esa historia hasta dio lugar a una película de dibujitos en 1997.
Los bolcheviques firmaron el Tratado de Brest-Litovsk en 1918 para poner fin a la participación de Rusia en la I Guerra Mundial. Pagaron un buen precio a los que finalmente perdieron la guerra, los alemanes. Lenin y Trotsky comprendieron que Rusia, debilitada por sus graves problemas internos, no tenía otra opción que aceptar las condiciones exigidas por sus enemigos si quería sobrevivir. Tanto era el riesgo, que fue entonces cuando se trasladó la capital de San Petersburgo (Petrogrado entonces) a Moscú. La consecuencia del tratado de Brest-Litovsk fue que Ucrania, Estonia, Letonia y Finlandia pasaron a ser naciones y Polonia, Lituania, y Bielorrusia pasaron a ser administradas por el Imperio alemán.
Al perder Alemania la guerra, todos los estados antes mencionados de repente eran eso, estados independientes. Alto precio pagado por los rusos. Nunca lo olvidaron.
Por arte de magia y de Lenin La URSS comenzó su andadura en 1922, 5 años después de la revolución. La URSS nació con únicamente cuatro repúblicas: Ucrania, Rusia, Bielorrusia y Transcaucasia (la región de Georgia, Azerbaiyán y Armenia). A Ucrania se la habían merendado entre Polonia y los bolcheviques. Un pastel muy gustoso. Su independencia duro muy pocos años.
Luego vino Stalin, el amigo del pueblo que mandó a unos cuantos ucranianos, especialmente a los cosacos, a rascar plomo con las uñas en las minas de Siberia. También se dice que organizó una hambruna de forma premeditada en Ucrania (el Holodomor, se estima entre 4 y 7 millones los muertos por inanición). En esto Stalin se parece a los gobernantes británicos.
Vino la II Guerra Mundial. La URSS ganó y se extendió hacia Occidente, se crearon los bloques – la OTAN nació en 1949, y como respuesta el Tratado de Varsovia en 1955. Comenzó una guerra encubierta en países terceros como Corea, Cuba, Vietnam, el Congo, Angola, muchos países de América Latina o Afganistán.
La Unión Soviética contaba con una extensión territorial similar a la de los zares. Qué tiempos cuando el mundo se arrodillaba a su paso.
Cayó el muro de Berlín, vergüenza para el pueblo ruso, derrotado en esta III Guerra Mundial. Nueva humillación. Estamos en 1989. Desaparece la URSS y la mayoría de las repúblicas soviéticas se independizan. Huyen del comunismo que les empobreció y tiranizó durante décadas. Poco a poco son atraídas por los cantos de sirena de la economía global, la democracia, el capitalismo liberal, ¡Todos ricos! les prometen. Muchas hoy en día integran la UE y la OTAN: Polonia, Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Chequia y Eslovaquia.
Solo Ucrania y Bielorrusia se resisten a cambiar de bando.
Ucrania, año 2010: el candidato prorruso Víktor Yanukóvich gana las elecciones presidenciales, las pierde la candidata Yulia Timoshenko, pro europea. Dichas elecciones fueron validadas por observadores de la OSCE y del Consejo de Europa. Este fue el mapa de las elecciones: azul pro ruso, rojo pro europeo, un país partido en dos.
Tres años después, año 2013, un golpe de mano de nombre Euromaidán derrocó a Víktor Yanukovich. El golpe fue promovido por el pueblo (o sea, vaya Ud. a saber) por dar Yanukovich marcha atrás y no firmar un acuerdo con la UE en el último minuto. El Euromaidán costó cerca de cien vidas y volvieron al poder los europeístas. Para darnos cuenta de lo que se jugaba, se sabe que francotiradores de la “oposición” disparaban contra manifestantes y policías durante las revueltas. Había que crear confusión, acusar al gobierno, derrocarlo. Como siempre, siempre hay alguien que mece la cuna. Pura democracia importada. Cuanto más lo pienso más me recuerda a los golpes de mano de Latinoamérica en los años 70 y 80.
A los pocos meses Rusia invadió Crimea y otras regiones en el este de Ucrania. Vuelta para Odesa, en 2014 hubo protestas prorrusas que derivaron en hechos violentos. Murieron 48 personas, y más de 200 resultaron heridas en dicha ciudad.
Llega el Acuerdo de Minsk en 2015 auspiciado por Francia y Alemania, firmado por los gobiernos de Ucrania y Rusia, para nada. Desde entonces unas 14.000 vidas se han perdido en el este de Ucrania, debido a los combates entre separatistas y las fuerzas armadas de Ucrania. O lo que es lo mismo, esta guerra no es nueva. Nunca acabó, ni empezó.
Y así está el percal de Ucrania. Un cocido donde todo cabe: razas, pueblos, lenguas, etc. Como en la olla podrida, el cocido madrileño, la berza gitana, el puchero andaluz o la escudella.
Putin es malo. Putin se dedica a encarcelar, asesinar y envenenar a sus enemigos. Putin lleva más de 20 años en el poder, eso es nefasto para cualquiera. Putin tiene pinta de ser un psicópata. Lo que están haciendo en Ucrania Putin y todos los que le apoyan es criminal.
Dedicado a los ucranianos, por estar en medio, ser una región rica, multicultural, y porque no les dejan en paz. Pobres ucranianos, un cocido de múltiples carnes, verduras y legumbres que se está quemando en el fogón, mientras todos los demás meten la cuchara.
¿Propaganda occidental o denuncia?. Miles de civiles muertos, cientos de ellos niños. Miles de soldados, de ambos bandos. Más de trece millones de desplazados. Más de ocho millones de niños en riesgo. Un cocido cuyos antecedentes de canibalismo soviético pueden ser históricos pero no se puede digerir, relativizar, justificar ni explicar la barbarie.
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