Refugiados a la deriva: la historia del Saint Louis

Era una tarde aburrida de un domingo de Agosto, sobre las seis. La playa descartada, por atestada, por ser marea alta y porque el sol martirizaba con sus 35 grados. Leer era imposible: se me empañaban los cristales y además me daba pereza. Mucha pereza. Solo la tele podía salvarme de semejante sopor a pesar de no haber ni liga, ni tenis, ni tour. Un horror.

Cambio de canales, de abajo arriba y de arriba abajo. Ahora con tanto canal lleva un buen rato. ¡Un barco! Una peli de barcos, antigua, con Faye Dunaway, Orson Welles, James Mason y Ben Gazzara. A ver de qué va esto. El título me intriga: “El viaje de los malditos”. El barco, el Saint Louis.

El Saint Louis era un buque de pasaje que realizaba la ruta entre Alemania y América. El viaje que partió de Hamburgo el 13 de mayo de 1939 era algo distinto. Llevaba a bordo 937 judíos que escapaban de los nazis. Para ubicarnos en el tiempo la Segunda Guerra Mundial comenzó muy poco después, el 1 de septiembre, cuando Alemania invadió Polonia y la noche de los cristales rotos tuvo lugar la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 en Alemania y Austria.

Durante la noche de los cristales rotos murieron 91 judíos, 30.000 fueron deportados a campos de concentración (todavía no eran de exterminio), y casas, sinagogas, comercios, etc. fueron saqueados y destruidos.

Los pasajeros del Saint Louis lo dejaron todo atrás. Sus pasajes los pagaron con todos sus bienes, llevando consigo lo mínimo imprescindible. Algunos ya procedían de los campos de concentración de Dachau y Buchenwald.

Partieron con un visado cubano, con la promesa de poder desembarcar en Cuba. Una trola. Ni Cuba, ni posteriormente los EE.UU. ni Canadá les dieron permiso para desembarcar. Solo unos pocos pudieron hacerlo, previo pago de una buena suma de dinero que no todos tenían. Y tuvieron que volver a Europa.

st louis

El Saint Louis llegó a Amberes un mes después y sus pasajeros fueron repartidos entre Bélgica, Reino Unido, Francia y los Países Bajos que los aceptaron previo pago por parte de una asociación judía.

Unos 250 murieron en los campos de concentración (ahora sí, de exterminio). Esta historia quedó olvidada durante décadas hasta que un libro y la película vieron la luz, 40 años después. Nadie quedaba en buen lugar. Se le llamó el barco de la vergüenza.

No fue el único barco errante con judíos a bordo que escapaban de los nazis, como el Orduña o el Flandre que tuvieron suerte dispar, aunque el número de pasajeros era mucho menor (104 y 72 respectivamente).

Como hoy en día.

Hoy es 13 de agosto y 141 inmigrantes y refugiados están, como los del Saint Louis, a bordo de un barco, el Aquarius, y ningún país está dispuesto a acogerlos, por ahora. Según los periódicos la mayor parte vienen de Somalia (en guerra civil desde 1991) y Eritrea. Eritrea es una dictadura, más bien una tiranía.  Aquí os dejo un informe de la ONG Human Right Watch (en inglés, no lo encuentro en español): torturas, encarcelamientos arbitrarios, sin libertades (lo de libertad de prensa y opinión suena a milagro). Se estima que el 12% de la población ha huido.

Sean judíos o negros, sirios, afganos o moros, da igual: como dicen los franceses, « plus ça change, plus c’est la même chose ». Espero que no nos toque.


3 respuestas a “Refugiados a la deriva: la historia del Saint Louis

  1. La historia del Saint Louis, se parece, al (pequeñito al lado de esa gran tragedia) episodio reciente del Greg Mortimer con pasajeros contagiados de COVID. Uruguay un país solidario, bajo estrictas medidas sanitarias, se animó a socorrer a pasajeros y tripulación que fueron rechazados por países como Chile y Argentina.

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