De jefes, jerarquías e hidalgos

La sociedad castellana contaba con unos curiosos personajes llamados hidalgos allá por los siglos XVI y XVII. Tuvieron su origen durante la Reconquista, que como bien dijo Ortega, una reconquista que dura 8 siglos no es tal. Ridiculizados en la literatura del Siglo de Oro español, los hidalgos están poco preparados, son pobres de solemnidad y prefieren la miseria al trabajo. El honor, en esta época, no es una cuestión personal, sino condición social. Dedican más tiempo a construir tablas genealógicas que demuestren la existencia de antepasados nobles para ocupar un cargo estatal, reserva, casi exclusiva, de la alta nobleza.

El censo del año 1787 contaba en España 480.589 vecinos hidalgos (cabezas de familia) sobre una población de 10.268.150, por lo que se estima que suponían en torno a un 5 % del total (de la Wikipedia). Con semejantes antecedentes, lo de los carguitos repartidos graciosamente en nuestra política no debería escandalizarnos.

Cargos y más cargos. Jerarquía, coordinadores, supervisores, jefes de sección, departamento, unidad, gabinete del director, de comunicación, etc. La lista te deja sin resuello. La jerarquía hace estragos en cualquier ámbito, como nos ocurría en la mili:

El Instituto Nacional de Estadística nos arroja los siguientes datos (2015): en España había casi 13 millones de empleados sin subordinados (pero con jefe), el siguiente grupo es el de los autónomos (ocupados pero independientes, casi 2 millones) y luego unos 3,5 millones de jefes. Entre ellos:

  • directores de grandes y medianas empresas (unos 125.000, 0,7%),
  • directores pequeñas empresas (1 millón, 5,8%),
  • mandos intermedios (algo más de 1 millón, 6%) y por último los
  • jefecillos (también supera el millón, 6,1%). Estos son los que mandan a la tropa.

O sea, en proporción hay más jefes ahora que hidalgos entonces.

El mejor grupo es el que no sabe: 25.500 personas no saben si tienen jefe o no (0.1%).

cuadro

Es decir, tenemos 3,7 empleados por jefe. Si a eso añadimos todos los satélites que hay alrededor, entre ellos auditores, gestores de calidad, los que implementan nuevos procesos, interventores, sindicalistas, RR.HH, jefes de obra, seguridad y proyecto, etc. puedes acabas así:

obrero zanja

Los que saben de esto han inventado la teoría de la organización plana (¡por fin!) que se caracteriza por tener ningún o muy pocos niveles jerárquicos entre el personal y la dirección de la empresa. La filosofía de esta variedad estructural es que los trabajadores son mucho más productivos cuando están directamente involucrados en la toma de decisiones y no supervisados de cerca por diversos superiores. Eso de que en España no éramos productivos igual no era por culpa del hombre de la zanja, el pobre.

La productividad está íntimamente relacionada con una dinámica de grupo positiva, confianza, comunicación y la motivación. Lo de los objetivos es demasiado evidente.

El pasado 10 de Septiembre recordé todo esto mientras veía las regatas de traineras de mi pueblo: la famosa Bandera de la Concha de San Sebastián (algo así como las olimpiadas del remo). Era un día de perros y la regata estuvo a punto de suspenderse.

Una trainera la componen 13 remeros y el patrón, como las de abajo:

traineras

Ved la proporción: 13 a 1 frente a 3,7 empleados por jefe según la estadística española.

Lo del trabajo en equipo en el caso de las traineras, incluido el patrón, es obvio. Van todos en el mismo barco.

El patrón es el único que ve hacia donde van, ve las olas llegar y es el que dice cuando hay que apretar cuando se trata de coger una ola para aprovechar su inercia (una txampa, o como se diría ahora, surfear la ola). Confían en él.

La confianza no se gana por ser el que más sabe, el que más chilla o simplemente porque lo pusieron ahí; esta se gana por ética, honestidad y responsabilidad. ¿Qué mayor confianza que la que depositan las remeras de la foto siguiente en su patrona, al ver las olas romper contra las piedras?

trainera mujeres

Con relación a la comunicación y motivación, la zanahoria y el palo solo funcionan a corto plazo (como en las galeras romanas) y el dinero solo funciona hasta la subida de sueldo. Al día siguiente el 99% del personal piensa que no está bien pagado. La motivación debe salir de uno mismo, y la labor del jefe es encontrar los resortes y crear las situaciones para que esta se genere. Situaciones en las que todos son partícipes y en la que todos ganan.

Volviendo a las traineras, la motivación, aparte de la intrínseca por ganar la regata, se puede escuchar: se comunica de forma muy gráfica. Los patrones animan, corrigen, informan, avisan y marcan el ritmo de la palada durante algo más de 20 minutos.

El siguiente video es largo, de 31 minutos, y encima de la ETB, o sea, los comentaristas hablan en euskera (y no callan). La regata comienza en el minuto 4:00. Y a partir de ahí, los patrones, aparte de milagrosamente no caerse al agua, animan a la tropa sin descanso.

La bandera se la juegan Bermeo, que tiene una ventaja de 8 segundos obtenidos el domingo anterior, y la trainera de Orio. La trainera de Bermeo es azul y la de Orio amarilla.

Durante toda la regata ambas traineras van emparejadas; el largo de ida, con la mar de proa, es un tobogán. La ciaboga es hacia el minuto 16 del video. A la vuelta, poco antes de llegar a la entrada de la bahía (minuto 22:12 del video), la trainera de Orio vuela sobre las olas enlazando una tras otra como si fuese una tabla de surf. Al final, campeones; en solo esos 4 últimos minutos de regata le sacan 24 segundos de ventaja.

Y si os han gustado las imágenes, agarraros al sillón para ver a las mujeres remando una hora y media antes, con peor tiempo aún. Son solo 03:40 de video. Podréis entender por qué la regata estuvo a punto de suspenderse.

Lo del remo es un buen ejemplo de cómo hay que funcionar. Seas patrón o remero.

Bueno, en el fondo yo lo que quería era poner el video de la regata porque es bien cierto que solo se ama lo que se conoce. Encima ganó Orio, mi favorita, porque cuando era yo pequeño siempre ganaban.

La dedicatoria, pues bien se la merecen las traineras femeninas.


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