Trump va a ser el próximo Presidente de la primera potencia mundial a pesar de haber tenido en contra al partido Demócrata (como es lógico), a su propio partido y a lo que se llama el “establishment” (en España algo así como el Grupo Prisa, El Mundo, la Sexta , la Iglesia y la Cope, la Banca, el IBEX, TVE y el Gobierno y la Liga de Futbol Profesional, ya puestos). O sea, ha ganado el rebelde, el equivalente a Robin Hood, D’Artagnan o Jerónimo.
Su incontinencia verbal ha dado tantos argumentos a su contrarios que resulta increíble que vaya a ser el próximo presidente. Trump ha roto moldes diciendo lo que pensaba (o sin pensarlo), de forma directa y muchas veces grosera.Incontinencia que choca con el totalitarismo social que impera gracias a la dictadura impuesta por lo políticamente correcto. Esas frases fueron reproducidas machaconamente por los medios de prensa acompañadas de fotos como esta:
O esta:
Parece que esa campaña de desprestigio tuvo un efecto opuesto al deseado porque muchos americanos pensaban igual que él, más o menos 61 millones. Pero no se atrevían a decirlo. Como ejemplo, aquí están algunas de esas frases:
“Podría disparar a alguien por la calle y seguir recibiendo votos” (meeting electoral, 23 de Enero 2016).
“Y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras; cogerlas por el chocho (grab them by the pussy). Puedes hacer de todo» (conversación “off-the-record” grabada en el 2005 durante un programa de TV y revelado durante la campaña por el Washington Post).
Los poderosos no juegan con las mismas reglas.
Yo creo que tiene toda la razón del mundo. Hay muchos ejemplos en donde los poderosos – o simplemente los jefes – hacen y deshacen a voluntad. Además al aura de estos hace que sus chistes sean más graciosos y sus ideas siempre brillantes. Para eso mandan y para eso están rodeados de palmeros y pelotas.
Un buen ejemplo sacado de El País: Christine Lagarde fue declarada por la justicia francesa culpable de negligencia en un caso de desvío de dinero público del que se benefició el empresario Bernard Tapie. Lagarde sigue como presidente del FMI y la justicia gala la ha liberado de pena alguna e incluso de que la condena figure en su historia penal, dada su estatura política internacional.
El caso del Yak-42 ocurrido en el 2003 que acaba de resurgir en los medios de prensa es también un buen ejemplo. Después de cinco juicios los únicos condenados en el 2010 fueron médicos militares por falsear las identidades. No entraron en prisión y dos de ellos se beneficiaron de un posterior indulto del gobierno de Rajoy en el 2012. El tercer condenado ya había fallecido. Me pregunto yo qué interés tenían esos militares en falsear las identidades de 30 cadáveres o mezclar los restos de los cuerpos. Del accidente en sí fue culpado única y exclusivamente el piloto, como siempre. Es sabido que cualquier accidente es una concatenación de circunstancias adversas, coincidencias, casualidades y por último errores humanos. El eslabón más débil es el humano, es decir, el piloto. Además en este caso ya estaba muerto y era ucraniano.
Siguiente frase:
«México no se aprovechará más de nosotros. No tendrán más la frontera abierta. El más grande constructor del mundo soy yo y les voy a construir el muro más grande que jamás hayan visto. Y adivinen quién lo va a pagar: México» (11 de mayo de 2015 en el South Carolina Freedom Summit).
Vale. ¿Y qué pasa?
La Gran Muralla China tiene unos 21.000 km y se construyó para defenderse de las tribus nómadas de Mongolia y Manchuria; si lo comparamos con los 3.185 km de la frontera entre México y los EE.UU, la muralla de Trump es una obra menor, una banalidad, una “boutade”.
Las vallas de Ceuta y Melilla tienen 8 y 12 km respectivamente. Se reforzaron y reconstruyeron a principios de los años 90, cuando la presión migratoria sobre España comenzó a ser un problema. Fueron subvencionadas por la UE. Ahora es una doble valla de seis metros de altura, con alambres con cuchillas, cámaras, infrarrojos, etc. Se ha de recordar que el primer inmigrante ahogado recogido en las playas de Tarifa fue en el año 1988. Antes, ni valla ni pateras. Sugiero que se haga una consulta popular en esas ciudades a ver qué les parece la idea de quitar las vallas. Algo así como “el derecho a decidir.”
«A contrario sensu», si eliminamos barreras, habría que eliminar visados, control de fronteras en puertos y aeropuertos, etc. en todo el mundo, y dejar que la población mundial se estabilizara como el agua en ríos y océanos. Era la norma aplicada por los EE.UU. con los emigrantes cubanos desde 1995 hasta hace bien poco. La política de «pies secos, pies mojados» automáticamente permitía a los cubanos que tocaban suelo estadounidense («pies secos») permanecer de manera legal en el país y acceder a la residencia; los que eran interceptados en alta mar eran devueltos («pies mojados»).
La emigración es comprensible, incluso natural. Es un derecho el desear progresar, y nada ni nadie debe impedirlo. El caso de los refugiados sirios o afganos que huyen de la guerra, por mucho terrorista que se pueda colar, es aún más claro.
Los españoles emigrábamos en los años 60 a los países europeos con un contrato inicial de un año aunque también existía la emigración ilegal lo que significaban peores condiciones y riesgo de expulsión. En España, parece que el “top-manta” es la agencia de colocación. Y encima, pues mirad el video siguiente:
No me imagino a los españolitos poniéndose bravos con la policía francesa o alemana en los 60. En cualquier caso, del millón de españoles que emigraron buena parte se tuvieron que volver en el año 1973, el de la crisis del petróleo provocado por los países árabes (Kuwait, Libia, Arabia Saudí, Argelia, Egipto, Irán, Iraq y Siria) al utilizar el petróleo como arma económica. Fue una venganza al perder la guerra del Yom Kipur contra Israel. Estos países redujeron la producción y se negaron a vender crudo a los países que apoyaron al estado de Israel. Resultado: el precio del crudo se cuadriplicó en pocos meses. En el 79 la caída del Sha de Persia y la posterior guerra Irán-Irak lo triplicaría.
En resumen, la emigración siempre ha existido pero el volumen actual de inmigrantes hacia Europa y los EE.UU, su descontrol y las palabras vacuas de los opinadores no están ayudando a gestionar esos movimientos.
La última frase elegida:
Trump ha exigido que se recupere la tortura denominada waterboarding (ahogamiento simulado) contra los militantes del Estado Islámico. «Me gusta mucho la idea. No creo que sea lo suficientemente dura«, explicó en un mitin en Ohio después de conocerse el atentado contra el aeropuerto de Estambul. «Hay que combatir el fuego con el fuego» (29 de junio 2016).
Las cloacas del estado.
Tortura según el DRAE es el “grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo.”
Un país como los EE.UU., objetivo de los terroristas en los últimos años, puede que tenga las defensas muy bajas en este aspecto. El ahogamiento simulado es tortura sin paliativos y no fue hasta el 2009 cuando Obama la prohibió nada más comenzar su primer mandato.
El carácter de los países que practican la tortura, es decir, los que toman atajos, está corroído. La tortura deprava y pervierte. Además tarde o temprano todo se sabe.
El problema surge cuando la amenaza es tan real como hoy en día. Camiones que arrollan a gente (Berlín), kalashnikovs disparando indiscriminadamente en una discoteca (Paris) o bombas puestas en hora punta en trenes y metros (Madrid).
Lamentablemente parece que nuestras defensas, como en el caso de los EE.UU., se diluyen como un azucarillo cuando el peligro para el estado o sus ciudadanos es real. Baste recordar los atajos de algunas democracias bien conocidas (y no digamos ya dictaduras) en las últimas décadas. La humanidad no queda muy bien parada.
Esta entrada no se la dedico a nadie porque es deprimente.
Nota: trump es la carta conocida como el triunfo en algunos juegos de cartas (tute, bridge). Como verbo, se emplea figuradamente en el sentido de superar o triunfar.