Pedro, político

Después de sus vacaciones en Estoril Pedro ha decidido afiliarse a algún partido para defender los intereses de los españoles y de España. Sentía la llamada de la Patria.

Su enamorada, conocedora de los entresijos de la política y asesora de imagen, le empezó a preparar para tan alta responsabilidad.

Pedro no es persona de ideas fijas y su cultura general es de educación primaria. Vamos bien.  Su personalidad es idónea: todo lo que le ocurre es culpa de los demás, no entiende argumentos complejos por lo que bastará con enseñarle un par de mensajes sencillos para que los repita incansablemente y lo más importante: se cree sus propias mentiras. Es capaz de decir que el Sol gira alrededor de la Tierra sin pestañear. Lo peor es que se lo cree de verdad, como el 28% de los jóvenes y el 35% de adultos en España (fuente).

“! Tienes madera, chico!” Le dice ella. Lo que tenemos que hacer es emplear la demagogia.manuel-de-demagogueDecir a los españoles lo que quieren oír; ya conoces la frase de Raoul Frary (Manuel du démagogue, 1884): «Si vous désirez la sympathie des masses, vous devez lui dire les choses les plus stupides et les plus crues«.

Debemos crear también un enemigo a donde dirigir los ataques. Ellos serán los culpables de nuestras desgracias. ¿Lo entiendes? “Sí, perfectamente. Como el árbitro en el futbol” contesta Pedro, “pero lo de la dema….eso no lo tengo claro”.

Después de buscar entre todos los partidos políticos registrados encontraron uno ideal: el Partido Español por la Democracia Orgánica (PEDO). Pedro no sabe lo que es la democracia orgánica pero le suena a ecológico por lo de los alimentos orgánicos.

Es decir, el PEDO es un partido natural como la vida misma; como un pedo, vamos.

Antes siquiera de acercarse a la sede del PEDO ya tuvo una genial idea: debería llamarse “ECO-PEDO”, para enfatizar el carácter ecológico del partido. Su enamorada le quitó la idea de la cabeza explicándole que el partido no es una calabaza.

El PEDO en realidad es un partido nostálgico, que reniega de los partidos políticos y basa la representación popular a través de corporaciones sociales: empresarios, sindicatos, asociaciones de profesiones liberales, provincias y municipios, la familia, Iglesia, etc. Estratégicamente, la Democracia Orgánica no vende: tiene tufillo franquista aunque eso sólo lo perciben los mayores de 50 años. Tiene 200 afiliados en toda España y su media de edad es de 70 años.

Pedro, con veintipocos, es el alevín del grupo. Convence a sus correligionarios en basar la futura campaña electoral en dos ideas:

  • Promover la Alimentación “bio o eco”, aumentando los impuestos a los alimentos “no naturales”. Eso por la parte orgánica del partido, e
  • Incluir para mayores de 45 años liftings, liposucciones, botox, implantes de cabello, gimnasios gratis, etc. entre los servicios prestados por la Seguridad Social. El 45% de la población española ya tiene más de 45 años. ¡Qué de votos!

Ahora hay que encontrar un enemigo. No es tarea fácil. Los políticos, los inmigrantes, los refugiados, una raza o religión específica,  la casta, la globalización, los ricos, etc. están todos muy vistos. Mientras ella se rompe los sesos pensando en posibles enemigos, Pedro está leyendo la traducción del libro de Raoul Frary: “esto no hay quien lo soporte ni lo entienda. La cultura es una pérdida de tiempo”, dice.

idea-brillante

A ella se le enciende la bombilla. ¡Eso es! los cultos: los podemos presentar como pedantes, presuntuosos, petulantes, vanidosos, arrogantes y sabihondos. Son las universidades y sus profesores que no trabajan, los artistas y autores que no dan un palo agua. Ese es el enemigo; nos llenan la cabeza de ideas complejas e inútiles en su propio beneficio. ¿Para qué sirve la universidad si no es más que para crear parados carísimos? ¿Y los libros, el cine, el arte o el teatro? Ya nadie lee y nadie va a las salas de cine o teatro o a ver exposiciones. Ese es el enemigo del pueblo: los cultos.

Pedro es elegido como candidato del PEDO por aclamación de las bases (entre los que pudieron ir, porque la mayoría tenía cita con el médico, análisis que hacerse, visita a fisioterapeutas o se quedaron en la cama por el reuma).

Lo primero que propone Pedro (idea de su enamorada) es que hay que promover un referéndum para que lo pierda el gobierno de España. Ejemplos hay muchos: Brexit (Cameron,  Reino Unido), Acuerdo de Paz (Santos, Colombia), limitación de inmigrantes (Orban, Hungría), extensión de mandatos (Evo Morales, Bolivia), o por la independencia de Escocia (salmond, Escocia). En todos ellos ganó el NO, es decir, se votó lo contrario de lo que pedía el promotor del referéndum.

La pregunta del referéndum es maquiavélica: ¿Debe seguir manteniéndose la universidad pública, los premios literarios y las subvenciones a las actividades artísticas?

La campaña está servida. Ningún gobierno en su sano juicio puede apoyar el no, pero el PEDO usa la demagogia: muestra estudiantes universitarios haciendo botellón (¿para esto pagamos?), profesores universitarios trabajando para empresas mientras sus clases las dan otros (cobran doble sueldo, robo), las trampas en las taquillas de cine (corrupción, trampa), teatros vacíos recibiendo dinero de la administración (derroche), obras de arte pagadas por ayuntamientos que costaron cientos de miles de € (más derroche) así como el tren de vida de los autores de dichas obras (envidia).

sala-vacia

Los más bajos instintos surgen y los “cultos” ya no son invitados a la TV ni a la radio, todo el mundo presume de incultura, nadie dice que tiene estudios universitarios ni reconoce haber leído un libro en su vida. Se mofan del arte moderno. Fue Raoul Frary el que también dijo: “la demagogia es a la democracia lo que la prostitución al amor”.

España está indignada, la cultura es la culpable de todos nuestros males. El NO triunfa, arrasa. El Gobierno dimite y se convocan elecciones.

Seis meses después el PEDO gana las elecciones con el apoyo de ecologistas y los mayores de 45 años.

Mientras tanto, la enamorada de Pedro había montado una cadena de clínicas de cirugía estética y otra de gimnasios.

Esta historia podría ser una fábula aunque los personajes no sean animales. Por tanto debiera tener su moraleja. Sugiero esta:

chomsky2


4 respuestas a “Pedro, político

  1. Pues no va mal encaminado este Pedro,, la verdad q tanto tanto saber y para que??
    Mira donde estamos políticamente, engañados y manipulados ,,
    Hartos de esta gente

    Me gusta

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