Cuando hace unos años por fin tuve instalado el bluetooth en el coche, un móvil que se conectaba automáticamente y llamadas gratuitas, me di cuenta de lo fácil que era estar acompañado en el trayecto de vuelta del trabajo a casa, siempre tedioso.
Desde entonces llamo a mi mujer para charlar cuando salgo de la oficina, aunque no tenga grandes novedades que contar. Le comento incidencias de tráfico en tiempo real, chascarrillos del trabajo, pregunto por cómo fue el día, etc.
Al cabo de varios meses me pidió que no le llamara más pues estaba ocupada y la interrumpía. Además yo no tenía nada importante ni urgente que decir.
Ni corta ni perezosa, llegó el día en que les pasaba el teléfono a mis hijos ya adultos: me aguantaron dos días.
No sé muy bien el porqué de la llamada: puede ser una mezcla de aburrimiento, reinicio cerebral después de tantas horas en la oficina o simplemente para comentar o recordar algo. En todos los casos la contestación, bien razonada, era la misma: ¿No me lo puedes decir al llegar a casa?
Pues sí, desde luego. He de agradecer que nunca me llamara pesado ni me soltara ningún “Qué quieres ahora” en tono desesperado.
Con el tiempo he conocido tres casos más de maridos muy comunicativos a través del bluetooth. Ni siquiera en eso soy original.
La primera conclusión que extraigo es que el varón no sabe llamar por teléfono para charlar. Si no tiene nada que decir, no sabe inventárselo. Se nos nota mucho. La segunda es que la tecnología nos cambia la forma de comportarnos. Ahora los coches van llenos de gente que parece que van hablando solos….
Esta entrada, como no podía ser menos, está dedicada a las receptoras de esas llamadas, por su paciencia al teléfono.
Una curiosidad: ¿Por qué bluetooth? Al rey escandinavo Harald Gormsson (siglo X) le llamaban “Blåtand”, que en danés quiere decir diente azul. El dispositivo bluetooth tiene su origen en ese mote. Lo que ya no he podido discernir es si el mote le venía por comer muchos arándanos o por tener un diente muerto que se volvió azul. Por cierto, el logo del bluetooth es la combinación de las iniciales de Harald Bluetooth escrito en danés antiguo, ᚼ y ᛒ (en el llamado alfabeto rúnico).