Educación: ¿Palo o Premio?

Me dijo un adestrador canino: “no trates a los perros como a niños, ni a los niños como perros”. Al principio no lo entendí muy bien.

bobi y los ninosYo tenía entonces dos críos, de unos 8 y 5 años. Al mismo tiempo me las tenía que ver con un Huski Siberiano que no hacia ni caso y que me estaba destrozando la casa por días. Por entonces no sabía ni educar niños ni adiestrar perros. Ahora tengo algo de práctica.

El adestramiento animal basado en el “reforzamiento positivo” se puso de moda hace varios años. Se basa en premiar la conducta que deseamos. Esto ha de hacerse forma inmediata con lo que conseguimos que el animal relacione de forma instintiva el premio (comida, caricia, etc.) con su acción. Esta inmediatez es necesaria porque su memoria es corta.

El refuerzo se puede conseguir también con sonidos y esto es esencial cuando el acceso al animal está limitado (delfines, etc.). clickerPara esos casos se puede usar el “clicker” (el aparato que cuando lo pulsas hace “click”). Se debe hacer sonar cuando el animal hace algo bien, dándole un premio a la vez. El premio se debe ir sustituyendo paulatinamente por una voz, caricia, o simplemente nada.

Al cabo del tiempo – y mucha paciencia la mayoría de las veces- el animal ya estará adiestrado y hará lo que se espera de él. Esto no quiere decir que todos los perros sirven para ser guías, para la caza o para buscar drogas: algunos son excelentes, muy centrados y serán los elegidos. Con otros perros nos tendremos que conformar con que no nos arranquen el brazo cuando demos un paseo, o que se dejen poner la correa sin tener que estar correteando tras ellos durante un buen rato (cosa que nunca hay que hacer).

Todo esto es muy bonito pero no exime al adiestrador de mostrar su descontento. El castigo físico no es recomendable, ni los gritos. anuka y nanaBasta con un “No” seco, inmediato y con voz bien grave.

Si al volver a casa encuentras que el perro se ha comido medio mueble de madera, destrozado un cojín y se ha meado en medio del pasillo, recoge y limpia. El perro no va a entender tus chillidos o porqué le pegas. Es más, va a pensar que siempre que sales a la calle vuelves enfadado y se esconderá al oír que entras.

Por último, con los perros un “no” siempre debe ser “no”. Ellos no entienden que un día les des comida durante tu cena y otro no. Es más, si se la das un día, siempre te estará babeando al lado mientras cenas, esperando que algo caiga. Los perros necesitan instrucciones claras y un amo con criterio firme, o sea, con el hoy si y mañana no conseguiremos un perro medio loco, que no sabrá lo que se espera de él. Si eres de esos, cómprate un perro de porcelana o un canario.

¿Y qué tiene que ver esto con los niños? Pues que con los niños hay que actuar de forma muy similar pero ellos hablan y entienden las palabras: los perros no. Con los niños se puede negociar (“hoy es una excepción”) y razonar. Deben entender el porqué de las cosas.

Lo demás es todo igual: el refuerzo en positivo, inmediatez, nada de castigos físicos ni chillidos ni dramas, premiar lo que buscamos y sobre todo paciencia.

Dedicado a mis perros, que de todos he aprendido algo.

 

 


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