La Ilustración nos trajo los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad que sirvieron luego de lema de la Revolución Francesa y de la propia Francia. Parece evidente que hemos traicionado esos conceptos. ¿Nos hará falta otra Revolución Francesa, incluido Robespierre y su periodo de Terror? Se estima que se guillotinaron entre 10.000 y 40.000 contrarrevolucionarios, curas y nobles en menos de 1 año. Solo es un dato.
Fraternidad con los desamparados, que no merecen lo que están sufriendo. Los sirios llevan semanas vagando por los Balcanes y Grecia y la respuesta europea es vergonzante. No puedo seguir viendo cadáveres de niños desmadejados sobre la orilla, o niños reanimados de milagro por un pescador.
¿Qué nos está pasando para no reaccionar? Peor aún son esos países y gobernantes que levantan vallas, los abandonan a su suerte o simplemente los desvían hacia otro país.
España maneja de presupuesto un millón de millones de euros. ¿No hay nada para esa pobre gente? Discutimos, decimos que las que cosas hay que organizarlas, que debe haber orden,…. ¿Y mientras qué?
Atamos los perros con longanizas; subvencionamos las mayores paridas que se nos pueden ocurrir pero cuando hay que reaccionar no sabemos qué hacer. Somos ricos y como tales incapaces de compartir lo que tenemos: se nos ha olvidado como se hace. ¡Qué vergüenza! Ya ocurría esto en España desde 1990 cuando las primeras pateras llegaban al Sur del Sur, o sea, Tarifa. Nada ha cambiado, o quizás si, a peor. Los españoles somos o éramos mucho más solidarios. Solo que ahora los refugiados e inmigrantes llegan por el Este y los países afectados son otros. Y no parece que los reciban de muy buen grado.
Todos somos iguales ante la ley y todos tenemos las mismas oportunidades de progreso. Igualdad: desde luego que somos todos iguales, pero unos más que otros. No cuela: corrupción de los políticos, desahucios, gestores de cajas de ahorro, enchufes, puertas giratorias, cursos de formación que nunca se dieron y jubilados que nunca trabajaron en la empresa que cierra, etc. No insulten a mi inteligencia, por favor.
Libertad: por definición del DRAE es la “facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.” Me temo que esta acepción no es políticamente correcta ni la que gusta. La mayor parte de las veces nadie se hace responsable de sus actos, o de sus no actos. Son mucho más “guay” acepciones como “Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres”; “Prerrogativa, privilegio, licencia” o “Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes”. Su traducción al habla y mentalidad modernas es “hago lo que se me pone en los huevos” mientras el susodicho alza la kokotxa y mira desafiante.
Esto es lo que hay.