Ya son demasiados años y demasiados gobiernos en donde resulta evidente la falta de respeto por el dinero público. No los voy a llamar ladrones, es igual el calificativo, que cada uno le ponga el nombre que quiera.
Si no lo veis, o estáis ciegos o no queréis verlo. Tampoco es cuestión de quien robaba más, o quizás sí, pero no tiene excusa.
Dicho esto, escuecen las estadísticas de como la recaudación de impuestos se incrementa anualmente. Si nos fijamos en el IRPF y el IVA, principales fuentes de ingreso del fisco, dicen que la recaudación aumenta porque ganamos y gastamos más, respectivamente. Pero, siempre hay un pero. El IVA superreducido en 1993 era del 3% (hoy 4%), el reducido era del 6% (hoy el 10%) y el general ha pasado del 15% al 21%, todo ello poco a poco. Como las ranas, nos cuecen a fuego lento y no nos damos cuenta.
El IRPF: los tramos vigentes para 2025 son los siguientes:
- Hasta 12.450 euros, retención del 19%.
- Desde 12.451 hasta 20.200 euros, retención del 24%.
- Desde 20.201 hasta 35.200 euros, retención del 30%.
- Desde 35.201 hasta 60.000 euros, retención del 37%.
- Desde 60.001 hasta 300.000 euros, retención del 45%.
- Más de 300.000 euros, retención del 47%.
En 2004 (5 años después de la entrada del euro), los tramos eran:
- De 0 a 4.000 euros, el 15%
- De 4.000 a 13.800, el 24%
- De 13.800 a 25.800, el 28%
- De 25.800 a 45.000, el 37%
- Y finalmente, más de 45.000, el 45%.
Hummmm, no ha cambiado mucho. ¿Dónde está el truco? Muy sencillo, 20.000€ en 2004 posiblemente era un buen dinero, hoy con ese dinero ni alquilas un piso (lo de comprarlo olvídate), ni te compras un coche, ni pagas guardería, ni dentista, ni ná. Es decir, el concepto de mínimo vital para establecer los impuestos (o sea, qué se necesita para vivir y a partir de ahí se establece el IRPF) parece que no entra en la mollera de los ministros de Hacienda.
El salario medio en España hoy ronda los 31.000€ y en 2004 era de unos 20.000€. El IPC ha subido un 55,8% en el mismo periodo. Fijaos que bien hacen los cálculos del IPC que el salario medio actual debería ser de unos 31.000€ ¡Bingo!. Poor tanto, un piso de 100.000€ debería costar unos 155.000€ (no os riais), la gasolina entonces costaba 0,76€, hoy más del doble (unos 1,66€, más de un 100%), y la luz que nos guía, hoy pagamos 0,1296 €/kWh y en 2004 eran 0,0837 €/kWh; si no me equivoco en las cuentas, eso un 154% más. ¡Ay! Me pregunto de donde sale ese IPC del 55,8% en 20 años. No me olvido del euro, que se introdujo en 2002. Al cabo de un par de años, lo que costaba 100 pesetas valía 1 euro. Y nos decían que tuviéramos cuidado con los redondeos de los céntimos (ojito al video de Rajoy del final). Así nos va.
Más datos: España recaudó 128.053 millones de euros en 2004; en 2023 fueron 271.935 millones de euros, y en 2024 avanzan cifras que rozan los 300.000 millones. Hay un desfase evidente entre el aumento de la recaudación y el incremento del salario medio, que resulta tanto mas relevante si vemos el peso de IRPF e IVA en la recaudación total, que es el 75% de todo lo recaudado.
Conclusión: la recaudación casi se multiplica por 3, nos dicen que el IPC acumulado es del 58% en unos 20 años (eso sí que es un bulo), y los salarios han perdido poder adquisitivo. ¿Esto como es?
Y todavía pagamos impuestos.
La falacia que nos cuelan es la siguiente: o pagamos impuestos o no hay educación y sanidad, pilares de la sociedad del bienestar. No pichita, no, no es esa la cuestión. No es un “o esto o lo otro”. Hay muchos matices entre medias y por tanto el dilema que se plantea es una falacia de libro.
Cada vez que uno de nuestros representantes se embolsa un € de más, o nos exprime un poco más sin saber muy bien para qué, piensa que somos tontos. Como ejemplo os voy a poner un video de mi admirado Rajoy, capaz de lo peor y de lo mejor cuando habla. Debéis interpretar el vídeo de la siguiente manera: Rajoy representa a cualquier gobierno, e Ione Belarra a los contribuyentes:
Por cierto, me ha copiado lo de “el hombre es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras”.
Dedicado a Luciano De Crescenzo, napolitano nacido en 1928 y autor de la frasecita, aunque también se la atribuyen a Aristóteles y a Shakespeare. Un colega la usaba bastante, y decía que la había aprendido de los jesuitas. El autor es lo de menos.

