El cuadro de Goya “Duelo a garrotazos” (1819) es lo que me viene a la mente cuando pienso en nuestra política. A veces se interpreta este cuadro como la imagen de las “Dos Españas”, irreconciliables y cainitas. Desde el siglo XIX nacionalistas, monárquicos, liberales, comunistas, ilustrados, falangistas, franquistas, carlistas, socialistas, republicanos, anarquistas, etc. no han hecho más que pelearse y varias veces nos han llevado a la guerra.
Lo triste es que al final los que en general cogen el garrote no son los políticos que siembran la inquina, sino los paisanos que envenenados con tantos eslóganes y mentiras se lo toman en serio. No como ellos.
La inquina se siembra con frases que parecen granadas lanzadas desde sendas trincheras. ¿Os suenan estas? “España nos roba”, “asfixia financiera premeditada desde hace décadas por parte del estado español”, o al contrario, “en Catalunya hay que partirse la cara literalmente para hablar en castellano”, “los patriotas de la autodeterminación quieren romper la solidaridad entre españoles” o “quieren romper España”.
La eterna amenaza del referéndum en Cataluña y el eterno “no” del gobierno español llevan camino de convertirse en algo peligroso y a la vez irrelevante, por tedioso, insulso y porque no he escuchado ninguna razón de peso tanto para hacerlo como para no hacerlo.
¿Están los catalanes oprimidos por una fuerza invasora?, ¿Tienen una bota que les pisa?, ¿Están sus costumbres, lengua, forma de vida, etc. amenazadas?, ¿No gestionan sus cuentas?
¿Por qué Cataluña no puede separarse de España?, ¿No se han creado, separado y unido regiones y países a lo largo de la historia?, ¿No se pueden cambiar las normas?
Noruega se independizó de Suecia en 1905, Israel se creó en 1948 (con resultados tremebundos, por cierto), Yugoeslavia saltó en pedazos en los 90 y Checoslovaquia se dividió en dos tras la caída del muro de Berlín. El último ejemplo es Sudán del Sur, país creado en 2011. El Reino Unido saldrá de la UE y la vida seguirá. Los años de unión son irrelevantes para seguir juntos o no. Es como los divorcios, te puedes separar al año de casarte o a los 50 años de vida en común.
Por otra parte, aunque no soy un experto en formas de gobierno ni en su gestión económica, las autonomías españolas son eso, autonomías. Hacen y deshacen a su propio antojo. No hay más que ver a la familia Pujol y al Ducado de los socialistas en Andalucía. Los más cachondos son los vascos y navarros que gestionan su propia hacienda y pagan al estado por los servicios prestados: Defensa, Exteriores, la Corona, pasaportes y DNI además de contribuir al Fondo de Compensación Interterritorial.
Ambas partes están empleando la peor estrategia: se aferran a sus símbolos y a su “nación” para encubrir otros fines. La polémica se retuerce como un gusano entre difusos conceptos de estado, estado-nación, naciones, naciones culturales, nación de naciones o estado plurinacional. Eso es discutir sobre sentimientos y los sentimientos no son negociables ni cuestionables.
Discuten sobre cómo llamar al niño y no sobre cómo gestionarlo. Y gestionar es discutir sobre conceptos tangibles: financiación, derechos y deberes, competencias, etc.
Todos sabemos a dónde lleva la discusión sobre naciones: chovinismo, xenofobia, desprecio hacia otros y violencia. Hay muchos ejemplos de cómo ha calado. Porque el exacerbar las diferencias, el famoso hecho diferencial, solo lleva a eso. En el fondo, la afirmación más o menos explícita del nacionalismo no es “somos diferentes” sino “somos mejores”. Eso se lo podéis preguntar al alcalde de Blanes (Gerona) que se ha hecho famoso en un minuto: ha dicho lo que pensaba, lo cual le honra. Añádanse las frases arriba entrecomilladas y ya tenemos el ring preparado.
Sembrar esa semilla es una irresponsabilidad: Jo Cox era miembro del parlamento británico cuando fue asesinada pocos días antes de la votación del Brexit. Los casos de agresiones a extranjeros en el Reino Unido son habituales.
Alguno pensará que Madrid, Madriz, Madrit o Madrí es lo que dijo Arzalluz: En Europa no hay tanto granuja por metro cuadrado como en Madrid. Madrid es un zoco moruno (Febrero del año 2000). Desde luego el desfile de políticos por juzgados y cárceles no ayuda a gestionar el embrollo. En cualquier caso, es curioso que Arzalluz y el alcalde de Blanes coincidan en lo de los moros y España.
Creo que voy a iniciar una petición en change.org para ver en el centro del Congreso de los Diputados (donde se sientan los taquígrafos) un corral lleno de arena, con los principales políticos enterrados hasta la rodilla y dándose garrotazos. Como los del cuadro. A ver si así cerramos el ciclo abierto hace 200 años.
¡Para qué discutir si se puede arreglar a garrotazos!
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Y nosotros sin saberlo!
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Magnífico, me sabe a poco…¿y la solución? ??? y no será que esto interesa a alguien? Xq yo de veras no lo entiendo salvo intereses partidistas
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