El té y los cuernos (una historia de los Bragança)

Visitar, leer y escuchar a los paisanos es un pasatiempo que se ha perdido, o casi. No hace falta irse al delta del Mekong para aprender y sorprenderse: la novedad está a la vuelta de la esquina.

Vila Viçosa es un pueblecito del Alentejo portugués, cerca de Évora y de la frontera con Badajoz. La autopista A6 que divide Portugal en dos mitades pasa muy cerca de ese pueblo. Lo malo de las autopistas es que alejan a las personas de los lugares, que se vuelven invisibles. Es como ir en avión. El misterio del viaje se pierde.

Esta es la historia.

Todo comenzó en 1640 en Vila Viçosa donde el duque de Bragança pasaba los días cazando y componiendo música. Para eso era duque. En Lisboa, hartos de la monarquía española, dieron un golpe de mano y embaucaron al duque para que aceptase ser el nuevo rey de Portugal. Hasta la batalla de Montes Claros (1665) españoles y portugueses quedaban de vez en cuando para zurrarse.  Esta batalla tuvo lugar muy cerca de Vila Viçosa, entonces sitiada por las tropas españolas. Al perder dicha batalla España perdió Portugal. 

Juan IV de Portugal, conocido como “el rey músico” (se le atribuye el villancico “adeste fideles”), inauguró la dinastía de los Bragança. Rey sin corona, pues este donó su corona a Nossa Senhora da Conceição de Vila Viçosa, consagrando el reino a la protección de  la Inmaculada Concepción.

A partir de entonces ningún rey portugués llevó corona. Arriba, la virgen con la corona, hoy en día.

Juan IV supo colocar a sus hijos. Una de ellas fue Catarina Enriqueta de Bragança, también nacida en Vila Viçosa, en 1638.

Portugal era una de las naciones predominantes. Desde Brasil a Japón y Timor, comerciaban por todo el mundo.

Juan IV la casó el 22 de mayo de 1662 con el rey de Inglaterra Carlos II.

Catarina, como era muy fina (perdón por el ripio) tuvo que poner gran empeño en desbravar a la Corte londinense.

Lo primero que hizo fue enseñar a los nobles ingleses lo que era un tenedor, y claro, luego a usarlo. Hasta entonces usaban solo cuchillo y cuchara, por lo que comían con las manos.

Todos conocemos la comida inglesa y la pobre Catarina sufría. Imaginaos como fue el shock gastronómico, que ya entonces los monjes de los Jerónimos hacían los pasteles de Belén. La pobre Catarina no tenía como matar el hambre y enseñó a los ingleses a hacer mermelada de membrillo, que en portugués se dice “marmelo”; de marmelo, marmalade. Catarina añoraba  la mermelada de naranja amarga de Vila Viçosa y pidió que le mandaran naranjas de la China, nunca mejor dicho.

¡Qué sería de los ingleses sin su mermelada hecha con naranjas amargas!

Tampoco debía ser del gusto de la nueva reina la ginebra. Así que les enseño a beber té. El té ya era conocido, pero caro (lo vendían los holandeses) y se usaba como medicina. Catarina aficionó a las cortesanas a tomar el té por la tarde como hacía en Vila Viçosa con el fin de controlarlas y evitar que su marido le pusiese los cuernos. Si no estaban con ella tomando el té, malo. Incluso (esto ya no me lo creo) se dice que la palabra “tea” es el acrónimo de “Transporte de Ervas Aromaticas” que venía escrito en los embalajes que llegaban a Londres, o sea, T.E.A.

Damos un salto de varios siglos y nos plantamos en 1908. Todavía reinan los Bragança, pero por poco tiempo. Es el primer día de Febrero; la familia real coge el tren desde Vila Viçosa (otra vez esta ciudad) con destino Lisboa. Al pasar por lo que es hoy la Plaza de Comercio (el Terreiro do Paço) dos republicanos matan al rey y al primogénito, sobreviven la reina y otro hijo.

Este reinaría solo dos años más. Las vueltas que da la vida: Los Bragança partieron de Vila Viçosa en 1640 para iniciar su reinado y, 268 años después, salieron del mismo lugar para dar fin al mismo.

Dedicado a Vila Viçosa, pequeño pueblo del Alentejo portugués de 6000 habitantes con una gran historia detrás, que pelea por sobrevivir a base de olivos, viñas, bodegas, encinas y mármol blanco.

El Palacio Ducal y Juan IV en Vila Viçosa

2 respuestas a “El té y los cuernos (una historia de los Bragança)

  1. Otra teoría:
    El origen de la mermelada de naranja se remonta al S.XVIII, más concretamente al año 1760. Un comerciante británico llamado James Keiller, decidió comprar el cargamento de un barco español. Dicho cargamento incluía una gran cantidad de naranjas, las cuales Keiller creía de sabor dulce. El barco había comenzado su travesía en Sevilla, pero debido a unas fuertes tormentas retrasó su viaje.

    Keiller supuso que este contratiempo estropearía la fruta haciéndole perder gran parte de su sabor, pero con lo que realmente no contaba era con la recepción de un cargamento de naranjas amargas, en lugar de las dulces que él creía haber adquirido.

    Gracias al ingenio de su mujer,Janet, consiguieron dar una solución al amargo cargamento que habían recibido. Los Keiller poseían una pequeña tienda de confección de dulce de membrillo, en portugués marmelo, receta la cual decidieron modificar mezclando el dulce de membrillo con las naranjas amargas que habían comprado.

    A esta nueva elaboración le llamaron mermelada, la cual durante muchos años fue exclusiva para la elaboración de confituras de naranja.

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