Los renglones torcidos de Dios

La Ópera de Budapest (Hungría) ha suspendido 15 representaciones del musical Billy Elliot tras una campaña homófoba contra la obra, en la que se llegaba a advertir de que los jóvenes que asistieran corrían el «riesgo de convertirse en homosexuales» (texto de El Confidencial del 22 de Junio 2018, la mayor parte de los diarios recogen la misma noticia).

Volvemos a las andadas.

Tuvo que ser la Iglesia Católica la que inició la caza en Europa hacia los homosexuales. Siguiendo las recomendaciones del tercer concilio de Letrán de 1179, la Iglesia puso coto a cualquier tolerancia dentro y fuera de las órdenes religiosas, emitiendo un decreto que establecía que los monjes sodomitas serían expulsados y los seglares excomulgados. En este concilio se condena la incontinencia sexual contra natura. Este concepto de “contra natura” engloba cualquier tipo de relación excepto el coito con fines reproductivos. A través del colonialismo el rechazo a los renglones torcidos de Dios se expandió por el mundo. Abajo, el cuadro «Infierno» del siglo XVI, de autor desconocido, hoy expuesto en el Museo de Arte Antiguo de Lisboa. Como para pecar…..

infierno

Las sociedades occidentales dejaron de ver a homosexuales y lesbianas como viciosos o pecadores con la aparición del psicoanálisis a finales del siglo XIX. A partir de entonces eran enfermos mentales: los renglones torcidos de Dios. Esto, lejos de ser un avance, supuso un nuevo estigma para ellos ya que no sólo tenían que lidiar con fanáticos religiosos y políticos represores, sino también con los psiquiatras. En muchos países –entre ellos España- fueron sometidos a terapias durante casi todo el siglo XX que hoy nos horrorizarían, en casos extremos electroshocks y lobotomías.

En España, año 1954, se criminalizó por ley al homosexual incluyéndolo en la ley de vagos y maleantes, una norma que fue sustituida en 1970 por la de peligrosidad social: “Serán declarados en estado peligroso, y se les aplicarán las correspondientes medidas de seguridad y rehabilitación los que realicen actos de homosexualidad”. Esta ley establecía penas que iban desde multas hasta penas de cinco años de internamiento en cárceles o centros psiquiátricos para la rehabilitación de los individuos. Los denominados peligrosos eran tratados en la ley como enfermos a quienes no se debe perdonar, sino curar.

Franco no fue el único: comunistas, nazis, fascistas, inquisición, países árabes, etc. tienen o tuvieron verdadera inquina hacia lo distinto, hacia los renglones torcidos de Dios. Pero no siempre fue así: griegos, romanos, árabes, la mayoría de los pueblos indígenas de América, chinos e hindúes convivían con ellos sin mayores problemas. Siempre los hubo y los habrá.

Para nota nuestros amigos hindúes, que hace 600 años ya hablaban de al menos seis tipos de orientaciones sexuales aparte de la heterosexual. Nos llevan algo de ventaja: un fallo de su Corte Suprema permite a quienes lo deseen aparecer en documentos oficiales emitidos por el gobierno como «tercer género».

No fue hasta El 17 de mayo de 1990 cuando la O.M.S. retiró la homosexualidad de la clasificación estadística internacional de enfermedades y otros problemas de salud. ¡Por fin!

Una excepción en toda esta confabulación fueron las “amistades románticas” entre mujeres. Fueron relativamente populares a lo largo del siglo XIX y un buen ejemplo de ello fueron “los matrimonios bostonianos”: dos mujeres que viven juntas, normalmente de la alta sociedad, independientes y que se profesan una devoción y amor, incluso en público, excepcional. Freud, la palabra lesbianismo y las etiquetas sexuales acabaron con esas amistades. Se les empezó a mirar mal.

La influencia recibida a través de la educación y el ambiente en que creces marcan tu forma de pensar. No hay mas que recordar la enorme lista de sinónimos ofensivos o despectivos hacia homosexuales. Por suerte, paso a paso, esto está cambiando.

Dedicado a mis amigas bostonianas, y a los que han sabido desaprender y ya no os ven como los renglones torcidos de Dios.

De postre, la más que emotiva escena final de la película Billy Elliot.

Nota: “Los renglones torcidos de Dios” es el título de una novela de Luca de Tena cuya trama se desarrolla en una institución psiquiátrica.


4 respuestas a “Los renglones torcidos de Dios

  1. Genial artículo Germán, algo a lo que ya nos tienes habituados.
    Los verdaderos «renglones torcidos», es curioso, son aquellos que suelen presumir de ser muy «rectos»: fascistas, comunistas, extremistas religiosos (musulmanes o cristianos), líderes políticos populistas… Sin ir más lejos, hace pocos meses, Amnistía internacional ha tenido que denunciar a las autoridades rusas dirigidas por Putin, por su vergonzosa permisividad a la persecución y auténtica «purga» de hombres homosexuales en Chechenia, donde han sido asesinados (ejecutados) decenas de personas y han tenido que huir más de 120. La historia se repite, la homofobia, xenofobia o el sexismo, son parte del ADN de aquellos que son incapaces de convivir con los demás si no comulgan con sus ideas.
    Abrazos

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